lunes, 18 de enero de 2010

Inflar el currículo no merece la pena


Normalmente el currículo es la primera información que una empresa recibe sobre un candidato en el proceso de selección de un puesto de trabajo. Por eso algunas personas inflan su currículo para impresionar a la empresa desde el principio. Existen varios apartados que pueden ser amañados para intentar dar una buena impresión como son la edad, el nivel de idiomas, la educación, la experiencia laboral y las habilidades sociales.Inflar el currículo es una mala idea. Los responsables de la selección pueden detectar el engaño durante la entrevista personal cuando el entrevistado no pueda dar algunos datos concretos o titubee demasiado. Es obvio que el candidato perderá muchos puntos en el proceso de selección si el entrevistador descubre una exageración o una mentira en su currículo.Además, muchas empresas buscan las referencias para recopilar más información sobre el candidato y para contrastar las informaciones que se dan durante la entrevista y en el currículo. Para puestos que requieren unas habilidades específicas muchas organizaciones realizan pruebas de nivel que evalúan los conocimientos que posee el candidato. De esta forma la persona ha exagerado en alguna sección de su currículo fácilmente será descubierto.Es importante recordar que el objetivo del currículo es explicar tu experiencia laboral, formación, habilidades, etc. Puedes lograr esto eligiendo el lenguaje preciso y el vocabulario más idóneo. No necesitas acudir al engaño. Di la verdad en tu currículo y en una entrevista. ¡Si no te contrata esa empresa, es que no era el trabajo para ti!

domingo, 17 de enero de 2010

¿Debe utilizar mi empresa el e-learning?

Vamos a suponer que trabajas en el departamento de formación de una empresa. A través de los planes estratégicos de la compañía y de los objetivos de RR.HH., se han definido unas necesidades formativas que hay que cubrir. Para ello, vas ha realizar una planificación de la formación, pero no sabes si implantarla a través de formación presencial, on-line (e-Learning) o mixta.Para empezar, los objetivos formativos de cualquier programa de formación, independientemente de la temática, pueden alcanzarse a través de estas metodologías. No debemos olvidar que no son metodologías incompatibles y opuestas, sino que se pueden utilizar de forma individual o conjunta buscando optimizar la eficacia, eficiencia y/o rentabilidad de la formación.Sin embargo, según las características de los alumnos, el tiempo de que se disponga, el tipo de empresa, la cantidad de programas de formación que haya que desarrollar, etc., puede resultar más adecuado seguir un tipo de formación u otro.Sin entrar en matizaciones sobre las fortalezas y debilidades del e-Learning, vamos a intentar darte unas claves de reflexión para que analices tu propia empresa con el fin de que sepas si es conveniente implantar la formación on-line.Puedes tener en cuenta los siguientes aspectos:-¿Los empleados trabajan con ordenador (o pueden disponer de él) y/o están al corriente de las nuevas tecnologías?-¿Hay crecimiento o renovación de la plantilla?-¿Los empleados llevan pocos años trabajando en la empresa?-¿Los conocimientos que deben poseer tienen que renovarse periódicamente?-¿Viajan regularmente?-¿La empresa tiene bastantes empleados (por ejemplo más de 100)?-¿Existe un tipo de puesto que concentre a la mayor parte de la plantilla?-¿La empresa tiene diversas oficinas dispersas geográficamente?-¿Existen horarios flexibles o posibilidad de que los empleados trabajen desde fuera de la oficina?-¿Las necesidades de formación de la empresa son elevadas?-¿Hay un presupuesto limitado para formación?Si en tu empresa se dan varias de estas características, es eficaz utilizar el e-Learning como metodología para modificar o desarrollar ciertas competencias y comportamientos entre los empleados.Esto no significa que en caso de que no se den, no sea adecuado recurrir al e-Learning porque, tal como te indicamos al inicio, cualquier metodología de formación es adecuada para conseguir los objetivos de formación fijados previamente.

lunes, 11 de enero de 2010

Cuatro cosas que necesitas en tu trabajo y... poco más

Cada trabajo nos pide cosas distintas, cosas que nosotros "traemos de casa" o que podemos aprender por el camino. Pero básicamente todas ellas se reducen a cuatro, que deberemos poner en juego según lo exijan nuestros objetivos y por las que se determinará nuestro valor para la empresa (lo que afectará a nuestro salario, nuestras posibilidades de promoción, nuestro prestigio? ¡casi nada!). Dejemos claro cuáles son estos cuatro componentes que hemos de vigilar siempre de cerca para posicionarnos siempre entre los mejores:- Los conocimientos (saber qué):Los conocimientos se incorporan a través de los sentidos, pero no sólo se adquieren en situaciones de aprendizaje formal (como cursos o seminarios), también provienen de la experiencia en situaciones cotidianas o extraordinarias durante cualquier momento de nuestra vida. Una cosa ha de quedar clara: la posesión de conocimientos no asegura que éstos vayan a ser utilizados en el trabajo. Antes será necesario recordarlos en el momento oportuno, lo que depende:- Del número de ocasiones para el recuerdo que se presenten en el tiempo. Por ejemplo, de poco servirá conocer el funcionamiento de cierta tecnología si no tenemos acceso a ella durante años. En este caso, la aplicación de ese conocimiento se olvidará, y más tarde también lo hará el propio conocimiento.- De las estrategias que se utilizan para recordar. Unos serán más capaces que otros en darle un significado especial a un conocimiento, en organizarlo, conservarlo y aplicarlo. Esto facilitará su recuerdo.- Las habilidades (saber cómo):El guía turístico puede tener muchos conocimientos de la historia de sus recorridos, pero si no sabe transmitírselo a los turistas, nunca tendrá un desempeño adecuado.Las habilidades son cadenas de comportamiento motor y/o mental, almacenadas en la memoria, y que se recuperan cuando las necesitamos para relacionarnos con el medio. Exigen mucha práctica a fin de que puedan automatizarse.El dominio de una habilidad siempre estará en función del mayor control automatizado de la misma, y ésta estará más automatizada cuanto más se haya practicado. Algunas, más complejas, necesitarán más práctica - como el aprendizaje de idiomas - o menos - como conducir un automóvil. Por eso es importante que aquello que se aprenda en cursos de formación se pueda practicar en el puesto.Pero más importante aún es evitar automatizar determinadas habilidades de manera defectuosa. Es lo que comúnmente se ha denominado malos hábitos de trabajo. El problema tiene más posibilidades de ocurrir cuando el aprendizaje se construye de un modo autodidacta, o simplemente de la experiencia, sin que medie influencia teórica alguna.- Las actitudes (querer):Las actitudes representan creencias, valores, convicciones, ideas preconcebidas, prejuicios y temores relacionados con las diferentes cuestiones que nos rodean. Las actitudes se adquieren desde edades muy tempranas fundamentalmente por influencia social, pero la experiencia y el filtro racional también influyen decisivamente en su formación y modificación.Las actitudes tienen un claro componente afectivo, muy asociado a la propia identidad de las personas. Pero cualquier actitud necesita justificarse racionalmente (no admitiríamos nunca ser tan emocionales). Es decir, queremos justificar con razones más o menos sólidas nuestra manera de pensar y sentir. Por último, cada actitud se manifiesta en nuestro comportamiento de una determinada manera, haciendo las cosas por las que los demás nos conocen y nos etiquetan.Las actitudes orientan tu comportamiento. En el ámbito del trabajo, las actitudes se definen como una toma de posición ante el puesto, los compañeros, la dirección, el jefe inmediato, la formación, el paciente, etc. Este posicionamiento puede ser positivo, neutro o negativo, y se manifiesta en un sentimiento de atracción, indiferencia o rechazo.- Las aptitudes (poder):Una aptitud es una capacidad natural o adquirida para desarrollar determinada actividad. Podemos hablar de un potencial que se puede manifestar ahora o en el futuro.Los seres humanos no somos buenos ni malos en todas las tareas. Por el contrario, destacamos más en aquellas actividades que requieren la intervención de nuestras aptitudes principales más fuertes (aptitud verbal, numérica, espacial, aptitud para las segundas lenguas, aptitud musical, aptitud estética, aptitud para trabajos monótonos, etc.). Las aptitudes son muy estables en el tiempo, y de alguna manera marcan el límite a lo que las personas pueden dar de sí.No olvides, por tanto, ninguna de estas capacidades, factores, rasgos, características? que definirán tu valor como profesional. En la medida en que los cuides y los alimentes regularmente afianzarás tu posición profesional estés donde estés, ya seas autónomo, funcionario o asalariado.

lunes, 4 de enero de 2010

Qué hacer ante un accidente

Durante fechas tan señaladas como la Navidad, Semana Santa y diversos puentes la gente utiliza más el coche y realiza trayectos más largos para irse de vacaciones o encontrarse con su familia, no es necesario profundizar mucho en el tema debido a los anuncios que no dejan de recordarnos que tengamos precaución en estas fechas, pero lo que de verdad tenemos que replantearnos es si realmente sabemos qué hacer en el caso de encontrarnos con un accidente o sufrir uno.

De modo que nos saltaremos lo de no beber, respetar los límites, etc. e iremos directamente al grano, ante un accidente es recomendable adoptar la conducta P.A.S. que es el esquema que sigue Cruz Roja y cuyas siglas se refieren a los tres pasos fundamentales que hay que llevar a cabo y que ayudaran a salvar vidas o evitar que otras personas sufran heridas.



1- Proteger el lugar del accidente: Es un error común el tratar de atender a los heridos primero, pero en estas situaciones tenemos que evitar nuevos accidentes y para eso seguiremos los siguientes pasos:

- Estacionar el coche fuera de la calzada, tratando de dejar libre una vía de acceso para cuando lleguen las ambulancias.

- Poner el chaleco reflectante para que seas visible a otros conductores.

- Señalar la zona afectada: Enciende los intermitentes de tu coche y coloca los triángulos a 50 metros como mínimo del lugar del accidente (delante y detrás).

- Inmoviliza los vehículos (poner freno de mano y quitar el contacto).

- Impide que se fume, podría producirse un incendio si hubiera un escape de combustible.

- Conseguir información para saber qué ocurrió, cuantas personas están afectadas, ...

- Haz una composición del lugar, cuántas victimas hay, en que situación se encuentran, ...




2 – Avisar: Es el paso más sencillo pero también el más importante.

Llamaremos al 112 (teléfono de emergencias) e indicaremos los siguientes datos: Lugar del accidente (si no sabes el punto exacto da referencias que ayuden a localizarlo), describir la situación (vehículos implicados, peligros potenciales, ...), número de heridos (trata de describir las lesiones que presentan) e identifícate. Lo más seguro es que te hagan repetir la información para asegurarse de los datos y así llevar el equipo adecuado, por último no cuelgues hasta que te lo indiquen.





3 – Socorrer: Ayudar a los heridos es una obligación recogida en el Código Penal y en el Reglamento general de la circulación, no tienes que convertirte en un profesional sanitario para cumplir con esta obligación simplemente tienes que hacer aquello de lo que estas seguro (es preferible tranquilizar a los heridos con una palabras que no tratar de hacer algo que puede ser perjudicial para la persona, por ejemplo echar betadine a una herida hace que después sea muy difícil coserla). Algunas recomendaciones básicas serían:

- No sacar a nadie del coche sólo en caso de que riesgo inminente, lo mismo se aplica en el caso de sacarle el casco a un motorista.

- No llevar nunca a un accidentado al hospital en un coche particular.

- Si tienes que mover al herido explícale lo que vas a hacer (si esta consciente), quítale el cinturón de seguridad, comprueba que sus pies no están atrapados entre los pedales, pasa con cuidados los brazos por debajo de sus axilas, con una mano coge su antebrazo y con la otra sujeta el mentón, extrae al herido lentamente manteniendo el eje cabeza – cuello – tronco (como si fuera un bloque rígido) y ponlo en un lugar seguro.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

¿Me quedo o me voy de mi empresa?

Hoy día cualquier profesional asume que su carrera pasa por el cambio, sobre todo en un mercado en el que todo se mueve muy rápido. Pero no siempre lo de fuera es lo mejor, sobre todo cuando marcharse a otra empresa supone un riesgo. Por eso, es importante saber valorar nuestro puesto actual, nuestra organización y nuestra posición en ella para tomar una decisión bien fundamentada.

La decisión sobre permanecer o marcharse depende de que te sientas más o menos a gusto donde estás ahora, pero ese sentimiento es muy personal. Cada cual basará ese sentimiento en factores muy diferentes: para unos lo importante será una buena relación con los compañeros, para otros lo prioritario estará en el salario, y otros tantos lo subordinarán todo a las posibilidades de promoción.
Hace tiempo la Organización Gallup preguntó a miles de trabajadores qué hacía que se quedaran en su actual empresa o qué haría que se decidieran a cambiar, con el fin de identificar aquello que más nos importa a la hora de tomar la decisión. Toda la información obtenida se concretó en doce factores clave para el individuo en relación con su puesto de trabajo, su entorno próximo y su empresa, y son los factores que pueden servir de guía a la hora de considerar pros y contras que nos orienten sobre la decisión de permanecer o cambiar:
- Las expectativas sobre uno mismo: Es esencial que sepas qué se espera de ti, hasta dónde has de llegar para cumplir las expectativas de tus jefes y compañeros. Eso te proporcionará una línea base de desempeño y rendimiento para poder compararte con otros y contigo mismo.
- Los recursos suficientes para un desempeño óptimo: El mayor de los entusiasmos, la formación más exhaustiva, las mejores habilidades no servirán de nada si no se cuenta con los recursos necesarios para hacer un buen trabajo y para sentirse a gusto en él.
- La oportunidad de ejercer las propias habilidades: A cualquiera nos gusta hacer las cosas bien, aunque sea de vez en cuando. En el trabajo es importante que se te dé la oportunidad de aprender, pero también la de aplicar tus mejores destrezas y habilidades, aquellas con las que te sientes a gusto y más apreciado como profesional.
- El reconocimiento de los demás: El buen trabajo ha de ir acompañado de algún tipo de reconocimiento, formal o informal, con el fin de apoyar la repetición de la conducta y reforzar tu satisfacción personal y profesional en la empresa.
- El apoyo constante de los superiores: Sentirse apoyado por el jefe es imprescindible para conseguir y mantener una confianza desde la que seguir trabajando "junto a", nunca "en contra de", lo que conduciría a la frustración y desmotivación.
- La formación desde dentro: Es muy importante que la empresa promocione la formación y desarrollo necesarios para mejorar tu desempeño, y tú mismo percibirás un beneficio que reforzará los vínculos con tu organización.
- La consideración de las propias opiniones: Hablamos de que las iniciativas, sugerencias, opiniones, ideas..., sean tenidas en cuenta, aprovechadas, aplicadas; es decir, que resulten productivas, no un esfuerzo baldío. No hay mayor frustración que percibir la inutilidad de lo que uno aporta.
- La convergencia con la misión de la empresa: Percibir que tu trabajo tiene sentido y que sirve de algo dentro de la complejidad de objetivos de la empresa.
- La calidad en el trabajo: La calidad como parte de la cultura de la empresa crea un nivel de desempeño ambicioso, retador, lo suficientemente estimulante para evitar el tedio a largo plazo.
- Las relaciones personales: Factor prioritario para muchas personas, el clima laboral informal supone una condición siempre necesaria para tu estabilidad y satisfacción a largo plazo. Las condiciones para que esto ocurra han de ser facilitadas (y no decimos impuestas) desde la dirección de la empresa.
- El seguimiento del propio progreso: ¿Lo hago bien? ¿Son buenos mis resultados? ¿He de cambiar en algo? Estas preguntas y otras similares necesitan respuestas que te ayudarán a dirigir tu carrera (ubicación funcional, formación, relaciones jerárquicas...).
- La carrera profesional: Es fundamental tener perspectivas de un crecimiento profesional sostenido y previsible en el tiempo. Hablamos de mayores responsabilidades, mejor ubicación en la estructura de la empresa, ventajas sociales y salariales, etc.

Consigamos la igualdad empezando por el idioma

Nuestro idioma, el español, es muy rico en matices; tenemos multitud de formas para transmitir una misma idea, por eso debemos cuidar mucho nuestra expresión para incluir a todas las personas sin que haya discriminación por razón de sexo.
Este aspecto se debe vigilar especialmente en el mundo de la empresa donde es muy habitual hablar de "empleados", "director de tal área", "técnicos", etc. Es decir, se utiliza el género masculino para referirse tanto a hombres como a mujeres.
Si estamos luchando por conseguir social y laboralmente la igualdad entre ambos sexos, no debemos obviar el lenguaje que, lejos de ser únicamente una forma de expresión, es un vehículo del pensamiento que tiene multitud de connotaciones.
Por todo ello, en nuestras manifestaciones verbales y, sobre todo, en nuestros escritos -comunicaciones, proyectos, cartas, etc.- debemos utilizar un lenguaje inclusivo en el que ambos sexos estén representados.
Para conseguirlo, podemos emplear algunos de los siguientes recursos:
- Sustantivos abstractos: Ej. No: "Los directores se reunieron". Sí: "La dirección se reunió".
- Sustantivos colectivos: Ej. No: "Los empleados deben ser puntuales". Sí: "La plantilla debe ser puntual".
- Verbos en impersonal: Ej. No: "Los jefes decidirán". Sí: "En la jefatura se decidirá".
- Pronombres sin marca de género: Ej. No: "El que quiera acudir". Sí: "Quien quiera acudir".
- Expresiones sinónimas: Ej. No: "Los que estén interesados". Sí: "Quienes tengan interés".
- Profesiones en femenino cuando el referente sea una mujer: Ej. No: "La ingeniero técnico Mercedes Melguizo". Sí: "La ingeniera técnica Mercedes Melguizo".
- Desdoblamientos: Ej. No: "Los derechos de los trabajadores". Sí: "Los derechos de los trabajadores y de las trabajadoras". Este recurso debería utilizarse sólo si no hay otra opción y preferiblemente en escritos.
Estas son sólo algunas de las opciones que tenemos para utilizar un lenguaje no sexista. Muchas veces, nuestro sentido común nos indicará la forma más adecuada de expresarnos sin excluir a las mujeres de nuestras comunicaciones. Quizá al principio nos cueste porque tenemos muy interiorizado el uso del masculino genérico e inconscientemente los hombres y las mujeres lo usamos.
En cualquier caso, no debemos "rizar el rizo" y caer en exageraciones creando palabras en femenino que no tienen razón de ser. No está bien decir "los miembros y las miembras" cuando la palabra "miembro" es un sustantivo común que designa a cualquier persona que forma parte de un conjunto, comunidad o cuerpo moral independientemente de su sexo.

Discriminación laboral por edad, un problema actual

Los expertos alertan de un tipo de discriminación laboral que afecta a las personas de entre 30 y 40 años, una generación que se incorporó más bien tarde al mercado y ahora se encuentra con problemas para encontrar trabajo.
Según un artículo publicado en El País que trata de este tema, existe concienciación acerca de la discriminación por sexo o raza, pero no por edad. Hay asociaciones de ámbito estatal y europeo, como la Asociación Contra la Discriminación por Edad , que luchan para combatir este problema e incluso se asegura que el Ministerio de Igualdad prepara una ley de igualdad de trato que abordará este tema.
Las denuncias ponen en el punto de mira a las empresas privadas que tienen en cuenta la edad a la hora de contratar empleados, pero también a las administraciones públicas que siguen este criterio de contratación. De hecho, en el Cuerpo Nacional de Policía no se pueden superar los 30 años y el Gobierno catalán fija en menos de 35 años la edad para acceder al cuerpo de Bomberos. El abogado Javier García Espinar, de la Fundación Acción Pro Derechos Humanos señala en ese mismo artículo que "la Administración es el principal empleador de España. Por tanto se ha convertido en el principal agente de discriminación".
En la calle parece que la opinión es parecida, según este artículo ya que hace dos años la Unión Europea publicó un Eurobarómetro especial sobre discriminación . El 57% de la población europea considera que los mayores de 50 años no son capaces de trabajar de forma eficiente. La cifra se eleva hasta el 64% en el caso de los entrevistados españoles.