miércoles, 30 de diciembre de 2009

¿Me quedo o me voy de mi empresa?

Hoy día cualquier profesional asume que su carrera pasa por el cambio, sobre todo en un mercado en el que todo se mueve muy rápido. Pero no siempre lo de fuera es lo mejor, sobre todo cuando marcharse a otra empresa supone un riesgo. Por eso, es importante saber valorar nuestro puesto actual, nuestra organización y nuestra posición en ella para tomar una decisión bien fundamentada.

La decisión sobre permanecer o marcharse depende de que te sientas más o menos a gusto donde estás ahora, pero ese sentimiento es muy personal. Cada cual basará ese sentimiento en factores muy diferentes: para unos lo importante será una buena relación con los compañeros, para otros lo prioritario estará en el salario, y otros tantos lo subordinarán todo a las posibilidades de promoción.
Hace tiempo la Organización Gallup preguntó a miles de trabajadores qué hacía que se quedaran en su actual empresa o qué haría que se decidieran a cambiar, con el fin de identificar aquello que más nos importa a la hora de tomar la decisión. Toda la información obtenida se concretó en doce factores clave para el individuo en relación con su puesto de trabajo, su entorno próximo y su empresa, y son los factores que pueden servir de guía a la hora de considerar pros y contras que nos orienten sobre la decisión de permanecer o cambiar:
- Las expectativas sobre uno mismo: Es esencial que sepas qué se espera de ti, hasta dónde has de llegar para cumplir las expectativas de tus jefes y compañeros. Eso te proporcionará una línea base de desempeño y rendimiento para poder compararte con otros y contigo mismo.
- Los recursos suficientes para un desempeño óptimo: El mayor de los entusiasmos, la formación más exhaustiva, las mejores habilidades no servirán de nada si no se cuenta con los recursos necesarios para hacer un buen trabajo y para sentirse a gusto en él.
- La oportunidad de ejercer las propias habilidades: A cualquiera nos gusta hacer las cosas bien, aunque sea de vez en cuando. En el trabajo es importante que se te dé la oportunidad de aprender, pero también la de aplicar tus mejores destrezas y habilidades, aquellas con las que te sientes a gusto y más apreciado como profesional.
- El reconocimiento de los demás: El buen trabajo ha de ir acompañado de algún tipo de reconocimiento, formal o informal, con el fin de apoyar la repetición de la conducta y reforzar tu satisfacción personal y profesional en la empresa.
- El apoyo constante de los superiores: Sentirse apoyado por el jefe es imprescindible para conseguir y mantener una confianza desde la que seguir trabajando "junto a", nunca "en contra de", lo que conduciría a la frustración y desmotivación.
- La formación desde dentro: Es muy importante que la empresa promocione la formación y desarrollo necesarios para mejorar tu desempeño, y tú mismo percibirás un beneficio que reforzará los vínculos con tu organización.
- La consideración de las propias opiniones: Hablamos de que las iniciativas, sugerencias, opiniones, ideas..., sean tenidas en cuenta, aprovechadas, aplicadas; es decir, que resulten productivas, no un esfuerzo baldío. No hay mayor frustración que percibir la inutilidad de lo que uno aporta.
- La convergencia con la misión de la empresa: Percibir que tu trabajo tiene sentido y que sirve de algo dentro de la complejidad de objetivos de la empresa.
- La calidad en el trabajo: La calidad como parte de la cultura de la empresa crea un nivel de desempeño ambicioso, retador, lo suficientemente estimulante para evitar el tedio a largo plazo.
- Las relaciones personales: Factor prioritario para muchas personas, el clima laboral informal supone una condición siempre necesaria para tu estabilidad y satisfacción a largo plazo. Las condiciones para que esto ocurra han de ser facilitadas (y no decimos impuestas) desde la dirección de la empresa.
- El seguimiento del propio progreso: ¿Lo hago bien? ¿Son buenos mis resultados? ¿He de cambiar en algo? Estas preguntas y otras similares necesitan respuestas que te ayudarán a dirigir tu carrera (ubicación funcional, formación, relaciones jerárquicas...).
- La carrera profesional: Es fundamental tener perspectivas de un crecimiento profesional sostenido y previsible en el tiempo. Hablamos de mayores responsabilidades, mejor ubicación en la estructura de la empresa, ventajas sociales y salariales, etc.

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